LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO
¿Qué se esconde detrás de este peculiar nombre?
Las Lágrimas de San Lorenzo, también denominadas Perseidas, son una lluvia de estrellas; eso seguro que lo sabe usted. Que son todos los años, allá por agosto, también, al igual que sabe que hay que buscar el punto oscuro más alto de su zona al que subir por la noche, con una manta y un termo de chocolate caliente para disfrutar en plenas condiciones de esta maravilla del cosmos. Pero, ¿sabe por qué se producen, por qué con tal periodicidad, por qué se llaman así…?
Muchas dudas en torno a un fenómeno que nos es muy familiar pero del que básicamente conocemos su vertiente más lúdica: la de disfrutar de una lluvia de estrellas, si luz de la luna lo permite. Es por eso que, una vez pasado agosto, el mes en el que la red se llena de textos en los que se nos asesora sobre cuándo ver las Perseidas, cómo hacerlo y demás consejos que mejorarán nuestra experiencia, hemos decidido hablar de este fenómeno con más calma y mayor profundidad.
¿De dónde viene el nombre de Las Lágrimas de San Lorenzo, o Perseidas?


Cada nombre hace referencia a un mito. El primero, el de Las Perseidas, está relacionado con la mitología griega. En el firmamento existe una serie de constelaciones, cada una bautizada con el nombre de un personaje griego. La que se relaciona con este fenómeno es, como cabe espera, la constelación de Perseo. Esto se debe a que, en el momento en el que tiene lugar la observación de esta lluvia de estrellas, da la impresión de que estos meteoros provienen de dicha constelación –aunque en realidad esto no sea así en absoluto–.
Pero la cosa no queda ahí, pues la historia de Perseo contiene tintes tan dorados como las estelas que dejan las Perseidas; dorada era la lluvia en la que Zeus se metamorfoseó para acceder a la habitación de la ninfa Dánae, con la que engendró al semidios Perseo.
El nombre de las Lágrimas de San Lorenzo está relacionado con la tradición cristiana. Hubo un tiempo en el que el cristianismo fue condenado por el Imperio Romano. El emperador romano Valeriano proclamó un edicto de persecución, debido al cual Lorenzo mártir fue quemado vivo en la hoguera. Este cruento suceso, aparte de un espantoso sufrimiento, provocó que vertiera unas lágrimas que, al fuego de la hoguera, lucían doradas. El 10 de agosto se celebra el día de este santo, lo que coincide con este fenómeno astronómico, de ahí que la relación directa provoque que también sea denominado como Lágrimas de San Lorenzo.
¿Cuál es el fenómeno astronómico que causa la lluvia de estrellas?
Cuando un cometa avanza por el espacio, va depositando a su paso una senda de residuos espaciales. Este es el origen más habitual de lo que posteriormente se convertirá en la lluvia de estrellas, fenómeno que tiene lugar cuando la Tierra atraviesa dicha senda al ejercer su movimiento de traslación –el recorrido que nuestro planeta efectúa alrededor del sol–.
Estos movimientos, tanto los de los cometas como los de la Tierra, son ciertamente regulares, lo que provoca que todos los años se produzcan fenómenos como el de las Perseidas; de ahí que los días que van entre el 10 y el 13 de agosto sean siempre los óptimos para la observación de esta lluvia de estrellas –aunque, como con todo fenómeno astronómico, la reproducción año tras año no es exactamente la misma, por lo que aparecen variaciones en cantidad, intensidad y otros factores–.
La Tierra tarda varios días en atravesar al completo la citada senda de residuos -causada por el cometa Swift Tuttle-, de ahí que esta lluvia de estrellas se prolongue en el tiempo –entre el 16 de julio y el 24 de agosto, aproximadamente–. Todavía no hemos explicado qué es exactamente lo que ocurre. Sabemos qué lo causa y qué condiciones se tienen que dar para que tenga lugar, pero, ¿por qué esos fogonazos de luz? ¿por qué esa duración tan efímera?
¿Qué fenómeno físico está teniendo lugar?


Como todos sabemos, la Tierra tiene una atmósfera, que, entre otras cosas, permite la conservación de unas condiciones climáticas aptas para la vida. Cuando estos fragmentos de asteroide –denominados meteoroides– pasan de estar suspendidos en el vacío del espacio y entran en contacto con la atmósfera terrestre, tiene lugar el fenómeno de fricción que, a su vez, provoca que el artefacto se incendie y posteriormente se desintegre mucho antes de poder llegar a la superficie terrestre.
El artefacto, por tanto, se convierte literalmente en una bola de fuego, de ahí la luminiscencia y la estela que deja a su paso. Estas características han llevado a denominar a estos fenómenos comúnmente como “estrellas fugaces”, a pesar de que nada tienen que ver con las estrellas. El término científico que los denomina es el de meteoroide, pero lo más probable es que nadie te entienda cuando lo uses.
Esta ha sido nuestra inmersión en el fenómeno de la lluvia de estrellas en general, y de las Lágrimas de San Lorenzo en particular. Aunque observar las Perseidas es siempre un placer y se ha convertido en una cita ineludible de cada verano, tener unas nociones básicas del origen y las causas físicas que provocan este fenómeno puede servirnos para disfrutar más todavía del mismo. Tras este pequeño repaso, sólo queda contar los días que faltan para la siguiente lluvia de estrellas -¡pues no sólo existen las Lágrimas de San Lorenzo!– y prepararnos para una nueva aventura astronómica.
Fotografías:
Imagen de cabecera: U.S. Department of Agriculture (enlace a la licencia)
Imágenes del texto: Wikipedia